Los delfines machos hacen regalos a las hembras para conquistarlas

Los regalos podrían ser una muestra de su calidad. /Pixabay

Investigadores de la Universidad de Australia Occidental (UWA) han obtenido evidencia de una extraña ceremonia de cortejo: los delfines jorobados (Sousa sahulensis) macho regalan grandes esponjas marinas a las hembras en un aparente esfuerzo por aparearse con ellas.

Tras una década de investigación sobre delfines costeros en el noroeste de Australia, los científicos de la Facultad de Ciencias Biológicas de esta universidad, en conjunto con los de la también australiana Murdoch y la de Zurich, en Suiza, consiguieron documentar, por primera vez, a los machos adultos de estos cetáceos, ofreciendo estos regalos a las hembras y realizando además exhibiciones visuales y acústicas. Los datos sobre este comportamiento se detallan en Scientific Reports.

La primera observación realizada tuvo lugar entre un delfín macho, una hembra y su cría. El delfín macho se zambulló para arrancar una gran esponja marina fijada al lecho marino, la balanceó sobre su pico y la empujó hacia la hembra. El uso de objetos en muestras sexuales por parte de mamíferos no humanos es raro y los investigadores consideran que los delfines, unos de los animales socialmente más complejos que existen, podrían usar las esponjas, no como una herramienta de búsqueda de comida, sino como un regalo, una muestra de su calidad, o tal vez incluso como una amenaza en los contextos conductuales de la socialización y el apareamiento. "Al principio nos quedamos perplejos al presenciar estas intrigantes muestras de comportamiento de los delfines jorobados, pero a medida que emprendíamos sucesivas visitas de campo a lo largo de los años, la evidencia aumentó", cuenta Simon Allen, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UWA, según informa Phys.org.

A continuación, los investigadores esperan determinar (a través de la observación del comportamiento y la genética) si estos presentes y la participación en exhibiciones sexuales mejoran las posibilidades de que un individuo tenga éxito en el apareamiento. "Este es un nuevo hallazgo para esta especie y presenta una vía emocionante para futuras investigaciones", concluye la coautora, Stephanie King.

Del mismo modo que ocurre con las sociedades humanas, los cetáceos, animales marinos entre los que se encuentran las ballenas y los delfines, viven en grupos de individuos estrechamente vinculados, tienen relaciones sociales complejas, hablan entre sí e incluso tienen dialectos regionales. Ahora, un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution, ha determinado que la complejidad de la cultura y el comportamiento de los cetáceos está relacionada con el tamaño del cerebro y la expansión cerebral, también conocida como encefalización.

Beatriz de Vera
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