Esta nueva técnica de bioimpresión 3D podría servir para desarrollar mejores fármacos

Clara Hedegaard
Dese los comienzos de la impresión 3D, se prometió que en algún momento se desarrollarían impresoras que serían capaces de imprimir material biológico para luego construir órganos o fabricar nuevos fármacos. Ahora, aunque aún no se ha llegado a ese punto, una investigación de la Universidad Mary Queen del Reino Unido da un paso hacia ese objetivo.
De acuerdo a la investigación, publicada en Advanced Functional Materials los investigadores han desarrollado una técnica de impresión que utiliza células y moléculas que normalmente se encuentran en los tejidos naturales, para crear construcciones que se asemejan a las estructuras biológicas.
Estas estructuras están incrustadas en una tinta similar a su entorno nativo y abre la posibilidad de hacer que se comporten como lo harían en el cuerpo. Esto les permite a los investigadores observar cómo funcionan las células en estos entornos y potencialmente les permite estudiar escenarios biológicos, como dónde crece el cáncer o cómo las células inmunes interactúan con otras células, lo que podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos.
Distintas formas bioimpresas con la nueva técnica
Clara Hedegaard
La técnica combina el autoensamblaje molecular, la construcción de estructuras mediante el ensamblaje de moléculas como piezas de Lego, con la fabricación aditiva, similar a la impresión 3D, para recrear las complejas estructuras, las cuales se pueden fabricar bajo control digital y con precisión molecular. Esto también permite a los investigadores crear construcciones que imitan las partes del cuerpo o los tejidos para la ingeniería de tejidos o la medicina regenerativa.
"La técnica abre la posibilidad de diseñar y crear escenarios biológicos como entornos celulares complejos y específicos, que se pueden usar en diferentes campos como la ingeniería de tejidos mediante la creación de construcciones que se asemejan a los tejidos o los modelos in vitro que se pueden utilizar para probar los medicamentos de una manera más eficiente", dijo el profesor Alvaro Mata, de la Escuela de Ingeniería y Ciencia de Materiales de Queen Mary.
La técnica integra el control micro y macroscópico de las características estructurales que la impresión proporciona con el control molecular y de escala nanométrica que permite el autoensamblaje. Debido a esto, aborda una gran necesidad en la impresión 3D donde las tintas de impresión comúnmente utilizadas tienen una capacidad limitada para estimular activamente las celdas que se están imprimiendo.
"Este método permite la posibilidad de construir estructuras 3D mediante la impresión de múltiples tipos de biomoléculas capaces de ensamblarse en estructuras bien definidas en escalas múltiples”, dijo por su parte Clara Hedegaard, la estudiante de doctorado, autora principal del artículo.
“Por eso, la tinta autoensamblada proporciona una oportunidad para controlar las propiedades químicas y físicas durante y después de la impresión, que puede ajustarse para estimular el comportamiento celular", finalizó la científica.
Esta no es la primera técnica que desarrolla bioimpresión 3D, en agosto del año pasado un grupo de científicos de la Universidad de Oxford inventó un nuevo método que permite la impresión tridimensional de tejidos vivos.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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