El mar de las Islas Galápagos se ha calentado más de medio grado desde 1970

Mar desde las Islas Galápagos. /Wikimedia Commons
Desde la década de 1970, el océano que rodea las Islas Galápagos se ha estado calentando inquietantemente. Según un trabajo de investigación publicado en Geophysical Research Letters, el nuevo análisis de los archivos de temperatura natural almacenados en los arrecifes de coral, indica que, aunque la temperatura de la superficie no mostraba cambio , en realidad han aumentado casi 0,6ºC desde entonces.
El equipo, de la Universidad de Arizona (EE.UU.) pensaron, inicialmente, que una fuerte corriente ascendente de aguas profundas más frías había evitado el calentamiento de la región, pero estudiando los núcleos tomados de cabezas de coral en la parte norte deshabitada del Parque Nacional Galápagos en Ecuador, que sirven como un archivo natural de las temperaturas oceánicas y aportaban datos desde 1940 a 2010, observaron que, de 1979 a 2010, las temperaturas oceánicas regionales aumentaron alrededor de 0,2º C por década.
El Niño de 1982-1983 calentó temporalmente el océano circundante tanto que la mayoría de los corales en la parte sur de las Galápagos murieron. "El calentamiento en esta área es particularmente inquietante, porque es el único lugar donde los arrecifes han persistido en las Galápagos. Esto sugiere que esos arrecifes son más vulnerables de lo que pensábamos", cuentan los investigadores en un comunicado.
De hecho, en junio del año pasado, el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO publicó la primera evaluación científica mundial de los impactos del cambio climático en los arrecifes de coral de Patrimonio Mundial. La subida de las temperaturas oceánicas en los últimos tres años ha sometido a 21 de 29 de estos arrecifes a estrés de calor severo y repetido y ha causado algunos de los peores descoloramientos jamás observados en sitios emblemáticos como la Gran Barrera de Coral (Australia), Papahānaumokuākea , Las Lagunas de Nueva Caledonia (Francia) y Aldabra Atoll (Seychelles). El análisis predice que todos desparecerán en un plazo de 30 años, si continuamos con el mismo nivel de contaminación. La evaluación fue desarrollada con datos de satélite de la Guardia de Arrecifes de Coral de la Administración Nacional de Océanos y Atmósferas (NOAA, EE.UU.) y recibió el apoyo de la Agencia Francesa para la Biodiversidad.
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