Hay agua en todas partes de la Luna y durante todo el día

La Luna. /NASA

Según un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience, el agua de la Luna está distribuida por toda su superficie y no es exclusiva de una región o tipo de terreno en particular. Además, parece estar presente tanto por el día como por la noche.

Es la conclusión a la que han llegado investigadores del Space Science Institute en Boulder, Colorado (EE.UU.) después de analizar los datos de dos misiones lunares. Los resultados contradicen algunos estudios anteriores, que sugirieron que había más agua en las latitudes polares de la Luna y que la fuerza de la señal del agua aumenta y disminuye según el día lunar (29,5 días terrestres). La investigación también sugiere que la presencia de agua no parece depender de la composición de la superficie.

El equipo creó un modelo detallado a partir de las mediciones realizadas por el instrumento Diviner en el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA (Lunar Reconnaissance Orbiter, LRO), y lo aplicó a los datos recopilados por Moon Mineralogy Mapper, un espectrómetro visible e infrarrojo de la NASA. El nuevo hallazgo de agua generalizada y relativamente inmóvil sugiere que puede estar presente principalmente como OH ( hidróxilo, un átomo de oxígeno y un átomo de hidrógeno), una relación más reactiva del H2O. Esta composición no se mantiene por sí sola por mucho tiempo, así que se adhiere químicamente a otras moléculas, por lo que, para ser utilizada, debería extraerse de los minerales.

La gran noticia es que, si la Luna tiene suficiente agua, y si es razonablemente accesible, los futuros exploradores podrían usarla como agua potable o convertirla en hidrógeno y oxígeno para el combustible de los cohetes o el oxígeno para respirar. Los datos provienen de instrumentos de detección remota que midieron la fuerza de la luz solar reflejada en la superficie lunar. Cuando hay agua presente, recogen una huella dactilar espectral que se encuentra en la fraja de la radiación infrarroja. Pero la superficie de la Luna también puede calentarse lo suficiente como para brillar o emitir su propia luz en la región infrarroja del espectro, lo que dificulta la tarea de desentrañar esta mezcla de luz reflejada y emitida, para lo que se debe disponer de información de temperatura muy precisa.

Los investigadores todavía no se ponen de acuerdo sobre qué significan los hallazgos sobre la fuente del agua de la Luna. Los resultados apuntan a que tanto el OH como el H2O son creados por el viento solar que golpea la superficie lunar, aunque no descartan que la fuente pueda ser la propia Luna, que la libera de los minerales más profundos, donde lleva encerrada desde su formación. Clasificar lo que sucede en nuestro satélite también podría ayudar a los investigadores a comprender las fuentes de agua y su almacenamiento a largo plazo en otros cuerpos rocosos en todo el sistema solar. 

Beatriz de Vera

Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma


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