¿Tienes 13 millones de familiares? El árbol genealógico más grande del mundo dice que es posible

Pixabay
El árbol genealógico más grande del mundo no cabe ni en los salones de la Casa Blanca. Emparenta a más de 13 millones de personas de 11 generaciones, y ha sido publicado en Science. Este conjunto recoge datos de los últimos 500 años de matrimonio y migración en Europa y América del Norte, y el papel de los genes en la longevidad.
Tal cantidad de información se alojaba en Geni.com, uno de los sitios web de genealogía colaborativa más grandes del mundo, que pertenece a la compañía de pruebas de ADN MyHeritage, cuyo director científico, Yaniv Erlich, es también científico informático de la Universidad de Columbia, en Nueva York (EE.UU.) y autor principal del estudio. El conjunto, con un 85% de los perfiles que provienen de Europa y América del Norte, detalla cuándo y dónde nació y murió cada persona.
Los investigadores descargaron 86 millones de perfiles públicos de esta plataforma y utilizaron una teoría matemática de gráficos para limpiar y organizar los datos. Lo que surgió entre otros árboles familiares más pequeños fue un solo árbol de 13 millones de personas que abarca un promedio de 11 generaciones. Teóricamente, si se retrocedieran otras 65 generaciones, convergerían en un ancestro común y se completaría el árbol. El árbol muestra que “todos estamos relacionados entre nosotros”, según el genetista Peter Visscher, de la Universidad de Queensland, Australia, que no participó en el estudio.
El amor de tu vida, más lejos
Antes de 1750, la mayoría de los estadounidenses encontraron un cónyuge dentro de los 10 kilómetros del lugar donde nacieron, pero para los nacidos en 1950, esa distancia se había extendido a cerca de 100 kilómetros, hallaron los investigadores. Curiosamente, los científicos descubrieron que entre 1800 y 1850, la gente viajó más que nunca para encontrar un compañero, casi 19 kilómetros en promedio, pero tenían más probabilidades de casarse con un primo cuarto o más cercano. Antes de 1850, casarse dentro de la familia era común con alguien que, en promedio, era un primo cuarto, una distancia de parentesco que se ha elevado hasta los primos séptimos de hoy. Según su hipótesis, cambiar las normas sociales, en lugar de aumentar la movilidad, puede haber llevado a las personas a rechazar a parientes cercanos como parejas para casarse. En una observación relacionada, descubrieron que las mujeres en Europa y América del Norte han emigrado más que los hombres en los últimos 300 años, pero cuando los hombres migraron, viajaron significativamente más lejos de media.
Para intentar desentrañar el papel de la naturaleza y la longevidad, los investigadores construyeron un modelo genético y lo entrenaron en un conjunto de datos de 3 millones de parientes nacidos entre 1600 y 1910 que habían superado los 30 años. Excluyeron a gemelos, personas que murieron en la Guerra Civil de Estados Unidos, la Primera Guerra Mundial y II, o en un desastre natural (inferido si los parientes murieron dentro de una diferencia de 10 días). Compararon la vida de cada individuo con la de sus parientes y su grado de separación y encontraron que los genes explicaron aproximadamente el 16% de la variación de la longevidad en sus datos, en el extremo inferior de las estimaciones previas que oscilaron entre el 15% y el 30%.
El estudio también muestra que los genes que influyen en la longevidad actúan independientemente en vez de interactuar entre ellos, un fenómeno llamado epistasis. Algunos científicos han usado la epistasis para explicar por qué los estudios genómicos a gran escala hasta ahora no han encontrado los genes que codifican rasgos complejos como la inteligencia o la longevidad. Si algunas variantes genéticas actúan juntas para influir en la cantidad de años que se viven, los investigadores verían una mayor correlación de personas relacionadas que comparten más ADN y, por lo tanto, más interacciones genéticas. Sin embargo, detectaron un vínculo lineal entre la longevidad y la relación genética, descartando la epistasis generalizada.
El conjunto de datos está disponible para la investigación académica a través de FamiLinx.org. Aunque los datos de FamiLinx son anónimos, quien tenga curiosidad pueden consultar a Geni.com para ver si un miembro de la familia puede haberlos agregado allí. Si es así, existe una buena posibilidad de que puedan haber llegado al árbol genealógico de 13 millones de personas. Según los autores, este corpus representa un hito al trasladar las búsquedas de historias familiares de obituarios de periódicos y archivos de la iglesia a la era digital, haciendo posible las investigaciones populares. Los investigadores también hacen que sea fácil superponer otros conjuntos de datos para estudiar un rango de tendencias socioeconómicas a escala.
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