Los neandertales curaban a sus semejantes porque sentían compasión

'Homo neanderthalensis' en el Museo Neanderthal, Alemania. /Wikimedia Commons

Hace unos meses, nos hacíamos eco del análisis de los restos fósiles de un neandertal discapacitado de hace 50.000 años conocido como Shanidar 1, fueron descubiertos en 1957 durante las excavaciones en la cueva de Shanidar en el Kurdistán iraquí por Ralph Solecki, un arqueólogo estadounidense y profesor emérito de la Universidad de Columbia (EE.UU.). Lo sorprendente era que, habiendo perdido el antebrazo, teniendo una evidente cojera y siendo sordo, este individuo haya llegado a sobrevivir en el Pleistoceno hasta los 40 años que se estima que tenía cuando falleció. La explicación es que debió de recibir la ayuda de sus congéneres para evitar a los depredadores. 

Ahora, un trabajo publicado en la revista World Archeology, asegura que era la compasión, y no el propio interés, lo que ayudó a los neandertales (Homo neanderthalensis) a aumentar su longevidad. Los investigadores de Universidad de York (Canadá), revelan que el cuidado de la salud entre los neandertales era generalizado y altamente efectivo, contradiciendo las implantadas nociones de que eran brutales en comparación con los humanos modernos.

La autora principal, Penny Spikins, profesora titular de Arqueología del origen humano en la universidad canadiense afirma: "Nuestros hallazgos sugieren que los neandertales no pensaron en términos de si otros podrían retribuir sus esfuerzos, simplemente respondieron a sus sentimientos acerca de ver sufrir a sus seres queridos".

La mayoría de los individuos estudiados por los arqueólogos tenían una lesión grave de algún tipo, con patologías detalladas que resaltan una variedad de condiciones y lesiones debilitantes, lo que parece indicar que los cuidados eran algo habitual. En algunos casos, las lesiones ocurrieron mucho antes de la muerte y hubieran requerido monitoreo, masajes, manejo de la fiebre y cuidado de la higiene, sugiere el estudio. El análisis de un hombre de entre 25 y 40 años al momento de la muerte reveló un catálogo de mala salud, incluida una enfermedad degenerativa de la columna vertebral y los hombros.

Esta dolencia habría debilitado su fuerza durante los últimos 12 meses de vida, restringido severamente su capacidad de contribuir al grupo. Sin embargo, los autores del estudio argumentan que él permaneció como parte del grupo ya que sus restos fueron enterrados cuidadosamente a su muerte. "El cuidado de la salud organizado, informado y afectuoso no es exclusivo de nuestra especie, sino que tiene una larga historia evolutiva", concluye la investigadora.

Un análisis de ADN de la dentadura de los neandertales, publicado en marzo de 2017, demostró que estos homínidos podían adaptarse a distintos tipos de alimentación y, posiblemente, al uso de plantas y hongos con fines medicinales. Los autores de la investigación concluyen que pudieron adaptarse a distintas dietas dependiendo del entorno ocupado así como de la disponibilidad de alimentos.

Beatriz de Vera

Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma


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