Las turberas de la Patagonia son producto del calentamiento global

Turberas en Patagonia chilena. /Flickr

Las turberas son humedales ácidos en los que se ha acumulado materia orgánica en forma de turba. Normalmente tienen un origen glaciar y actualmente están repletas de material vegetal descompuesto. Son comunes en América del Norte, el norte de Europa y la Patagonia. Se originan cuando el material orgánico depositado excede al descompuesto en una laguna o pantano.

Se trata de ecosistemas importantes porque son uno de los depósitos biológicos de carbono más grandes del planeta y han capturado grandes cantidades de carbono en el suelo y se cree que son especialmente sensibles al cambio climático. Ahora, una nueva investigación publicada en PNAS, confirma que las temperaturas de verano más altas, en lugar de más precipitaciones, han sido las cumpables de la formación de turberas en regiones anteriormente glaciales.

La turba se forma a lo largo de miles de años cuando las plantas y la materia orgánica no pueden descomponerse por completo en condiciones ácidas y anegadas, lo que impide que su carbono se libere a la atmósfera. El equipo de investigadores, de la Escuela de Geografía de la Universidad de Leeds (Reino Unido), realizó una simulación de cambios locales en el clima durante los últimos 26.000 años, cuando los glaciares de la última glaciación comenzaron a retirarse, combinado con las fechas de radiocarbono de la iniciación de las turberas.

Los autores advierten que el cambio climático futuro superará con creces lo experimentado por las turberas anteriormente, y dejará sus enormes depósitos de carbono vulnerables a la degradación. La nueva investigación, aseguran, desentraña el papel del clima en la formación de turba, particularmente relevante porque el modo en que se distribuyen las turberas podría cambiar en climas futuros. También muestra los cambios climáticos que han sufrido estos humedales en el mundo desde que se desarrollaron por primera vez, proporcionando un contexto para el calentamiento futuro.

Los glaciares en Sudamérica vienen despareciendo a ritmo acelerado producto del calentamiento global. Con cerca de 25.000 km2 de hielos glaciares (más del 80% en la Patagonia chilena y argentina), la región enfrenta las consecuencias del fenómeno en el desequilibrio de estos frágiles ecosistemas. Tan solo en Perú, los glaciares perdieron el 81% de su hielo en los últimos 40 años; y en Bolivia ocurrió lo propio con 43% desde 1986. No obstante, al otro lado del mundo, una región asiática aloja glaciares que año a año se ven fortalecidos pese al flagelo global del calentamiento. El caso es conocido como la anomalía Karakoram y ahora un estudio de la Universidad de Newcastle ha revelado las particularidades de su sistema climático y cómo es que estas enfrían las inmediaciones de los glaciares, incluso en pleno verano, fortaleciendo así su condición.

Beatriz de Vera

Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma

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