La luz de la Luna ayudará a que los instrumentos de observación terrestre sean más precisos

La Tierra y la Luna. /ESA

Mientras que la superficie terrestre se halla en constante evolución, la cara de la Luna no ha cambiado en millones de años, salvo contados impactos de meteoritos. Por eso, la luz que refleja es una fuente de calibración perfecta para los instrumentos de observación de la Tierra. Ahora, un proyecto liderado por la Agencia Espacial Europea (ESA) usará este recurso para mejorar la calibración de los satélites de observación terrestre.

Los instrumentos ópticos de observación de la Tierra se calibran cuidadosamente antes de su lanzamiento pero, una vez en el espacio, su rendimiento puede variar debido, por ejemplo, a la radiación, a la contaminación de la lente o a cambios mecánicos. Para estar seguros de que los cambios en la luz recibida desde la Tierra representan cambios reales en el terreno, y no cambios en el instrumento se necesitan objetivos de calibración que representen una fuente de luz estable e invariable, con la que sea posible identificar cualquier variación en el rendimiento de las mediciones del instrumento espacial. Algunas misiones incorporan dispositivos de calibración interna, mientras que otros aprovechan formaciones terrestres relativamente inalterables, como extensiones vacías de desierto, océanos o depósitos salinos, para modelar la radiación procedente de estos objetivos. Y aunque cualquier punto en la Tierra puede cambiar con el tiempo, la Luna, sin embargo, es inmutable.

El nuevo instrumento será instalado en las laderas del Teide, en la isla de Tenerife (España); en el pico se ha colocado un fotómetro solar por encima de la mayoría de las nubes y del polvo en suspensión, para medir las variaciones nocturnas en la luz de la Luna y, con el tiempo, mejorar la precisión de los trabajos de calibración lunar. Se trata de un fotómetro solar, parecido a los que se usan en la red mundial que mide las partículas de la atmósfera, pero adaptado para funcionar por la noche en lugar de por el día y así medir la luz de la Luna.

¿La misma cara de la luna?

El principal problema, independientemente de donde estemos, es que la Luna que vemos no siempre es la misma. No tiene una órbita totalmente circular alrededor de la Tierra, por lo que al cabo de 28 días de ciclo lunar no siempre vemos exactamente la misma cara: en ocasiones vemos más los lados o la parte superior. Es lo que se conoce como libración lunar. "De hecho, la Luna tarda 18 años en volver a mostrar el mismo aspecto dos veces", explica Marc Bouvet, responsable del proyecto de la ESA. "Nuestro objetivo es observar el disco completo de la Luna durante un periodo de dos años para poder crear un modelo de radiación lunar mucho más preciso. Hoy, el mejor trabajo de modelización presenta un 10 % de incertidumbre a este respecto, y queremos que se reduzca al 2 % aproximadamente", añade. 

Según los científicos, el éxito de este proyecto, que se está desarrollando por el Laboratorio Nacional de Física (NPL) del Reino Unido, la Universidad de Valladolid (España)y el Instituto Flamenco de Investigación Tecnológica (VITO) de Bélgica, permitirá asociar el pasado, el presente y el futuro de las misiones de observación óptica de la Tierra a una referencia de calibración común, lo que facilitaría la comparación cruzada de datos y enriquecería nuestra visión general del entorno terrestre. Se espera que el modelo mejorado esté listo para su uso a finales de esta década.

Beatriz de Vera

Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma

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