No, los desastres naturales no existen [OPINIÓN]

Pixabay
Cada vez que un terremoto golpea una ciudad, un huracán inunda una costa o un volcán sepulta pueblos enteros; la gente se apresura a culpar a la naturaleza. La forma más sutil de hacerlo es llamando “desastres naturales” a lo ocurrido, pero en realidad no debería tener ese nombre sino solo “desastres”.
Llamar desastre natural al impacto que tiene sobre la población un determinado fenómeno natural, no solo demoniza a la naturaleza sino que nos despoja de toda responsabilidad. Nos vuelve agentes pasivos, cuando la mayor parte del tiempo somos nosotros mismo quienes indirectamente ocasionamos la calamidad.
Si una comunidad construye sobre las laderas de un rio que está temporalmente seco; pero que sabe eventualmente volverá a crecer por las lluvias, como en el ejemplo del Fenómeno de El Niño ¿de quién es la responsabilidad cuando las lluvias regresen y el rio arrase con todo? ¿Del agua o de la comunidad? ¿Del gobierno que no hizo las delimitaciones o estrategias de prevención pertinentes? ¿El desastre será natural o causado por el humano?
A menos que se trate de una inmensa llamarada solar, un asteroide gigante, o unos potentísimos rayos cósmicos, algo para lo cual nadie está preparado y que raramente ocurre, el ejemplo del rio se repite una y otra vez cuando talamos árboles que sirven como escudo frente a aludes, cuando construimos en zonas sísmicas, de inundación o cerca de volcanes (o peor aun cuando no respetamos las normas mínimas de seguridad).
Por lo tanto, en gran medida, depende de nosotros mismos tomar las acciones adecuadas para que estos fenómenos recurrentes en la naturaleza no causen la destrucción y el dolor que presenciamos regularmente, tal y como lamentablemente acaba de ocurrir en Guatemala o como ocurrió el año pasado en Perú.
Finalmente, prevenir siempre será más barato que reconstruir, tanto en dinero como en las irreparables vidas humanas. Y parte de la prevención es tomar conciencia llamándole a las cosas por su nombre sin echarle la culpa a la naturaleza.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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