Gusanos del Ártico sobreviven crioconservados en permafrost desde el Pleistoceno

Los nematodos aislados de depósitos de permafrost del Pleistoceno del río Kolyma Lowland. Doklady Biological Sciences
Durante decenas de miles de años, unos gusanos del Pleistoceno han permanecido crioconservados en depósitos de Siberia, en el Ártico, según un estudio publicado en Doklady Biological Sciences.
Científicos de varias instituciones rusas y estadounidenses estudiaron los nematodos viables encontrados en el suelo, Panagrolaimus aff. detritophagus (Rhabditida) y Plectus aff. parvus (Plectida), que fueron aislados de las muestras de los depósitos de permafrost del Pleistoceno de las tierras bajas del río Kolyma. Según sus datos, "se demuestra la capacidad de los organismos multicelulares para la criobiosis a largo plazo en depósitos de permafrost del Ártico".
"El permafrost ártico es un criobanco único de recursos genéticos", afirman los autores del estudio. Ahí se han encontrado bacterias aeróbicas y anaeróbicas, cianobacterias, actinomicetos, algas verdes unicelulares, levaduras, mixomicetas, amebas desnudas, flagelados heterótrofos, infusorios, esporas de musgo y las semillas de plantas superiores capaces de germinar después de una crioconservación natural a largo plazo. Los investigadores analizaron más de 300 muestras de depósitos de permafrost de diferentes edades y orígenes, enterrados en suelos y madrigueras de roedores fósiles. Se demostró que dos muestras contienen nematodos viables. Según el trabajo, "la duración de la crioconservación natural de los nematodos corresponde a la edad de los depósitos", que se remonta a entre 30.000 y 40.000 años.
La criptobiosis es un estado que consiste en la suspensión de los procesos metabólicos, en la que algunos seres vivos entran cuando las condiciones ambientales llegan a ser extremas. Un organismo en estado criptobiótico puede vivir indefinidamente hasta que las condiciones vuelvan a ser de nuevo tolerables.
Ha pasado más de medio siglo desde el día en que el cuerpo de la primera persona fue criogenado en California, después de haberlo enfriado a menos de -70 grados centígrados. Este hombre era James Bedford, profesor de psicología en la Universidad de California. Bedford, un paciente con cáncer incurable, respondió a una propuesta de la California Cryonics Society, que prometió congelar el cuerpo del primer voluntario sin cargo después de su muerte. Desde ese momento, el cuerpo de Bedford está en un estado frío en nitrógeno líquido, esperando que la ciencia se desarrolle lo suficiente como para darle otra oportunidad en la vida. En los últimos 51 años, la criónica se ha desarrollado significativamente e incluso se ha convertido en un negocio, y la cantidad de personas congeladas que esperan la resurrección ya está en muchas docenas.
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