Descubierta la primera hija entre una Neandertal y un Denisovano

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Una adolescente, cuyo fragmento de hueso fue descubierto recientemente en la Cueva de Denisova, era hija de una mujer de Neanderthal y un hombre de Denisovano, ha publicado Nature. Esta sería la primera vez que se encuentra un descendiente directo de dos especies extintas y da a entender que tales uniones se habrían dado con bastante frecuencia.
Los Denisovanos fueron una especie o subespecie extinta que habitó el sur y el este de Asia y murió hace unos 40 mil años. Hasta ahora no se conoce la apariencia de los Denisovanos debido a que solo se han encontrado molares y algunos huesos separados.
Pero gracias a la decodificación de su genoma, se pudo saber que esta extinta especie se estuvo entrecruzando tanto con humanos modernos como con los neandertales, de quienes se separaron, según varias estimaciones, hace 390 a 500-600 mil años atrás. En la cueva de Denisova, encontraron no solo los restos de los denisovanos, sino también los huesos de los neandertales de la llamada población de Altai, que habitó Siberia hace unos 120 mil años.
Huesos hallados en la cueva de Denisova, Rusia
Universidad de Oxford
Un hueso como evidencia
En 2016, en la cueva de Denisova, los arqueólogos encontraron un fragmento del hueso largo de un Denisovano. Un posterior análisis de radiocarbono mostró que vivió hace unos 50 mil años. Investigadores de Alemania, Rusia, Canadá y el Reino Unido, bajo la dirección de Svante Paabo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, analizaron el grosor del hueso y sugirieron que era una adolescente de 11 a 13 años. También determinaron la secuencia del genoma completo y descubrieron que era una niña.
Para determinar a qué especie pertenecía, si a los neandertales o los denisovanos, los autores compararon el genoma del adolescente con los genomas de referencia del hombre de Denisov y el hombre de Neandertal de Altai. Resultó que en el genoma de la niña, el 38.6% de los alelos corresponde al neandertal, y el 42.3% al genoma Denisovano.
Presunta relación de parentesco de genes entre los neandertales y los denisovanos.
V.Slon et al. / Nature, 2018
Luego, los científicos compararon el número de transversiones (mutaciones en las que la base de purina en el ADN es reemplazada por pirimidina y viceversa) en el genoma de denisovano con mutaciones en dos genomas de Neandertal (Neandertales europeos y de Altai). A juzgar por el grado de diferencia en los genomas, en el genoma de la niña había un conjunto de cromosomas de Neanderthal y uno de Denisovano.
Además, los investigadores pudieron determinar el origen de los padres de la niña. Su madre era genéticamente más similar a los Neandertales europeos, que vivieron en el territorio de la Croacia moderna hace unos 30 mil años, y no a la población de Altai. Presumiblemente, sus antepasados y Neandertales Altaianos se dividieron hace unos 140 mil años, y de la rama europea esta población se separó hace unos 100 mil años. El padre también tenía un antepasado neandertal que vivió 300-600 generaciones antes que él.
Un genóma único
"Este genoma único podría servir para detectar otras interacciones entre estos dos grupos", dice Benjamin Vernot, investigador del departamento de Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington Seattle y coautor del estudio.
Los científicos creen que cuando los pueblos antiguos se conocieron, a menudo se cruzaron entre ellos. Aunque también hay quienes creen que esta posibilidad era limitada, los hábitats de los neandertales y los denisovanos no se superponían. Es posible que los descendientes mixtos de las dos especies fueran menos viables que los de raza pura, y por lo tanto los neandertales y los denisovanos no se mezclaron, sino que se conservaron como especies separadas.
Los investigadores ya tenían referencia de que nuestros extintos primos se habían estado relacionando entre ellos. En marzo de este año, la revista Cell publicó un estudio en donde se sugería que los Neandertales no solo tuvieron sexo con nosotros, sino también con los Denisovanos.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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