Elecciones Brasil 2018: ¿Qué harán Bolsonaro y Haddad por la ciencia y el medioambiente?

(Izquierda) Fernando Haddad. (Derecha) Jair Bolsonaro. /Wikimedia Commons
El próximo domingo 28, el candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, el reemplazo por el ex presidente "Lula" da Silva en el Partido de los Trabajadores de izquierda, se jugarán el destino de Brasil en la segunda vuelta de las elecciones, después de que obtuvieran el 46,03% y el 29,28% de apoyos respectivamente el pasado 7 de octubre.
Bolsonaro, al que ya algunos llaman el "Trump tropical", por sus similitudes ideológicas con el presidente de Estados Unidos, ya se ha declarado una amenaza para el Amazonas, que depende en un 70% de Brasil. Su protección no están dentro de las políticas del candidato más aventajado, y además, sus planes incluyen desautorizar a la agencia de protección ambiental de Brasil, Ibama, que hasta ahora era la única garantía para frenar la destrucción de la selva; abrir tierras indígenas a la minería y otras actividades económicas; y reabrir la selva a una carretera que corta una de las zonas más preservadas. no incluye la protección del medioambiente en sus políticas.
En un discurso el año pasado, Bolsonaro, que es excapitán del Ejército y ha expresado nostalgia por el régimen militar brasileño, afirmaba que si llegaba al poder, “no tendré dinero para las ONG. Si depende de mí, cada ciudadano tendrá un arma de fuego en casa [para defender sus propiedades, y] no habrá un centímetro [o pulgada] delimitado para las reservas indígenas o quilombolas ". Es decir, el activismo, de cualquier tipo, podría ser una actividad ilegal en el Brasil de Bolsonaro.
Por si esto fuera poco, ha declarado su intención de salirse del Acuerdo de París, prescindir del ministerio de medio ambiente, y eliminar multas a la ganadería y agricultura ilegal o la tala.
Inversión deficiente en ciencia
Pero no están siendo buenos tiempos para la ciencia en Brasil, con o sin victoria de Bolsonaro: mientras que los políticos relajan lentamente las regulaciones ambientales del país, la financiación federal para el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicación se ha reducido en más de la mitad desde 2013, y la propuesta de presupuesto para 2019, redactada por la administración actual, predice otro recorte del 10% por debajo de este año.
A esta situacion se le une una postura ante la ciencia bastante cuestionable de Bolsonaro, recientemente se enfrentó a la comunidad académica, creando legislación para favorecer una terapia contra el cáncer no probada. Un general que eligió para elaborar sus planes de ciencia y educación defendió la enseñanza del creacionismo esta semana y le dijo a O Estado de S. Paulo que los estudiantes deben saber que "Darwin existió", pero no necesariamente para "estar de acuerdo con él", escribe Herston Escobar en Science Magazine.
Haddad: políticas públicas y desaarrollo sostenible
Cualquier política que reconozca e invierta en ciencia y tecnología sería bienvenida, dice el físico teórico Luiz Davidovich, presidente de la Academia Brasileña de Ciencias, según recoge en Nature el periodista Jeff Tollefson. Señala que, después de ajustarse a la inflación, el presupuesto del Ministerio de Ciencia ha disminuido en aproximadamente dos tercios desde 2010, a alrededor de 3,4 mil millones de reales, que equivalen a unos 860 millones de dólares estadounidenses.
En este sentido, Haddad se ha comprometido a impulsar el gasto federal en ciencia al 2% del producto interno bruto de Brasil, utilizando una combinación de fondos gubernamentales y privados, explica Tollefson. Lo que, según estima el equipo de la izquierda, llevaría el gasto en ciencia del país en línea con muchas naciones industrializadas. Por contra, en su campaña borrador de documento científico, Bolsonaro promete incluso más inversión en I + D, 2.5% del PIB al final de su mandato, en 2022, pero esta inversión, a diferencia de lo que propone su contrincante, iría a parar al desarrollo del sector privado, y no a las universidades
Las opiniones de Haddad, ex alcalde de São Paulo y profesor de ciencias políticas de 55 años en la USP, ponen el foco en la justicia social y el desarrollo sostenible. Su visión enfatiza la ciencia, la innovación y la acción sobre el clima y las políticas ambientales. En campaña, prometió promover las energías renovables, como la eólica y la solar, mientras combate la deforestación y mantiene las protecciones para los territorios indígenas en la Amazonía. El problema es si, en caso de que la balanza acabara inclinándose a su favor, todas estas propuestas se materializarán.
Buenas intenciones, ¿pero viables?
Lo cierto es que los expertos no parecen ver claro que los objetivos de gasto ninguno de los dos candidatos sean viables. Una de las trabas para Tollefson es que a fines de 2016, Brasil adoptó una enmienda constitucional que limita las inversiones del gobierno durante 20 años, además de los ajustes por inflación. Según Fernando Peregrino, experto en política científica citado por Escobar, Brasil carece de las políticas económicas y la estabilidad fiscal para brindar un generoso apoyo a la I + D.
El Amazonas, así como los pueblos indígenas y la investigación científica en Brasil decidirán su suerte en menos de una semana.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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