Fósiles en la Cuna de la Humanidad reescriben la línea de tiempo para la evolución de los primeros humanos

La Cuna de la Humanidad, Patrimonio de la Humanidad cerca de Johannesburgo, alberga cuevas con una rica colección de fósiles de nuestros ancestros humanos. /Martin Heigan / Flickr.
Los científicos han sugerido que los fósiles de los antiguos homininos de las cuevas de la Cuna de la Humanidad, ubicadas en Sudáfrica, datan de períodos secos, según Nature. Probablemente en ese momento la vegetación que bloqueaba las aberturas en las cuevas desaparecía y los restos de personas y animales se acumulaban allí. Los investigadores llegaron a esta conclusión después de analizar la fecha de las estalactitas y estalagmitas formadas en las cuevas.
La Cuna de la Humanidad consta de varios complejos de cuevas ubicados en un área de 474 kilómetros cuadrados, donde se encontraron numerosos restos de homínidos. En concreto, se encontraron aquí los huesos de dos tipos de Australopithecus sediba y un esqueleto más completo del Australopithecus africanus, entre otros. Los restos encontrados en la Cuna de la Humanidad confirman las hipótesis sobre la diversidad de los homininos y su historia evolutiva. Algunas de estas hipótesis vinculan la evolución de los humanos y sus ancestros con las condiciones climáticas. Pero es difícil verificarlos, ya que las dataciones de las capas en las que se encontraron los fósiles no son exactas, o los científicos no están de acuerdo con las fechas.
Geólogos y antropólogos sudafricanos y australianos, dirigidos por Robyn Pickering de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), decidieron fechar las formaciones de sinterización de carbonato en las cuevas que rodeaban las capas de fósiles de los homininos. La datación se llevó a cabo utilizando el método de uranio-plomo, que permite determinar la edad de las rocas de aproximadamente 1 a 4,5 millones de años con un error de 1% a 15%. Los investigadores fecharon 25 muestras de diferentes cuevas.
Formación de babosas (capa blanca), y debajo de ella depósitos, en los que se encontraron fósiles. /Robyn Pickering
Resultó que las incrustaciones se formaron dentro de seis períodos de 3,2 a 1,3 millones de años. Según los autores del estudio, estas brechas indican períodos de lluvia durante los cuales se formaron las incrustaciones, y los agujeros en las cuevas probablemente cubrían la vegetación. En los períodos secos, por el contrario, la vegetación desapareció de la superficie de las cuevas, se produjo la erosión del suelo y, probablemente, se formaron nuevas entradas.
María Cervantes
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