Este mini-cerebro hecho por científicos de Cambridge puede contraer músculos

MRC Laboratory of Molecular Biology
¿Te imaginas ver de cerca cómo funciona un sistema nervioso central conectado? Los investigadores de la Universidad de Cambridge han desarrollado un mini-cerebro en movimiento capaz de contraer el tejido muscular. Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature Neuroscience.
Los investigadores tomaron aproximadamente 1mm de la médula espinal de un embrión de ratón y el músculo de la espalda que lo rodea. Al colocar esto cerca del cerebro, las células del organoide empezaron a extenderse y se unieron a la médula espinal. Lo sorprendente vino después: los impulsos eléctricos hicieron que el músculo se contrajera.
“Nos gusta pensar en ellos como mini-cerebros en movimiento", afirmó Madeline Lancaster para The Guardian. Ella es la investigadora principal del estudio en el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica en Cambridge. A pesar de poder controlar los músculos, los minicerebros poseen diversas complicaciones en comparación a un cerebro humano.
Un minicerebro: complicaciones
Los mini cerebros, también conocido como organoides cerebrales, son tejidos en 3D que provienen de células madres humanas. Estas se organizan de tal manera que pueden imitar a un cerebro fetal.
Este es el experimento más sofisticado, ya que emplearon células madres humanas para crear al organoide. Sin embargo, este tiene similitudes con el de un feto humano de 12-16 semanas. Por ello, los científicos consideran que es una estructura demasiado primitiva y pequeña para procesar pensamientos, sentimientos o conciencia.
De hecho, este cerebro solo tiene un par de millones de neuronas, mientras uno completamente desarrollado cuenta con 80 o 90 mil millones de ellas. Incluso, en términos de volumen, esta poca cantidad de células cerebrales lo coloca junto a los cerebros de una cucaracha o un pez cebra.
Cuando los organoides alcanzan cierto tamaño, las neuronas se separan de su suministro de nutrientes y comienzan a morir, esto le había sucedido a las versiones anteriores. Lo bueno es que los científicos utilizaron un método para prolongar su vida: cortarlos en rodajas de medio milímetro colocadas en membranas que flotaban sobre un líquido nutritivo.
Proyecciones
Este es un avance que promete acelerar el estudio de enfermedades relacionadas con el sistema nervioso y la neurona motora. Por ejemplo, puede ayudar a entender la epilepsia e incluso la esquizofrenia.
"Obviamente no solo estamos tratando de crear algo para divertirnos", sentenció Lancaster. "Queremos usar esto para modelar enfermedades y entender cómo se configuran estas redes en primer lugar".
Adrian Díaz
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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