La caza ‘inhumana’ de delfines les provoca traumas físicos y psicológicos severos

AtlanticBluede

A pesar del impulso de movimientos animalistas por detener la caza de delfines, estos son capturados para ser, en la mayoría de los casos, una atracción en los parques marinos o acuarios internacionales. Los hallazgos de un nuevo estudio demuestran que los delfines sufren traumas físicos y psicológicos graves como resultado de estas crueles prácticas. Los detalles fueron expuestos en Journal of Applied Animal Welfare Science.

Un grupo de investigadores, dentro de los cuales había una psicóloga y un veterinario, había realizado anteriores informes sobre las técnicas de matanza de delfines. En este nuevo estudio se centran en el impacto acústico, físico, socio-psicológico, ecológico, conductuales y fisiológicos que tienen los métodos de caza sobre los delfines y ballenas.

Cuando los barqueros salen a cazar, conducen a los cetáceos a zonas poco profundas, denominadas calas, mientras los persiguen emitiendo un sonido producto de golpear con un martillo a los postes de metal o trompetas. Esta forma de caza es conocido como el método Oikomi.


Trompetas
de metal utilizadas en la búsqueda de delfines. /  Courtney Vail

Una vez acorralados, los cetáceos son sacrificados para obtener su carne o son sacados del mar para ser exhibidos en acuarios. Dentro de las especies afectadas se encuentran los delfines manchados tropicales y pantropicales, el delfín gris y el de dientes rudos; además de ballenas asesinas, ballena piloto de aleta corta y con cabeza de melón.

El sonido emitido por los cazadores durante la persecución puede dañar los oídos de los delfines, lo cual generaría un aumento en el estrés y una disminución de su capacidad de comunicarse. Los investigadores consideran que el aumento de las hormonas de estrés pueden afectar la salud reproductiva e incluso llevarlos a una muerte prematura; así como daño cardíaco y muscular cuando son perseguidos.

Algunos de ellos permanecen varios días en la cala, sufriendo lesiones y alteraciones en su respiración que los pueden llevar a ahogarse o sofocarse. Cuando los cazadores eligen a quienes matar, los animales son arrastrados por sus colas y el resto puede ser liberado en el océano, pero sus terribles condiciones físicas y psicológicas generan que mueran al poco tiempo.


Delfines
capturados para parques marinos / Sea Shepherd Conservation Society

"El ahogamiento o la asfixia, resultantes de la restricción forzada, no se permitirían en ningún proceso de sacrificio aceptado para los mamíferos terrestres", escriben los autores. Ellos aseguran que estas prácticas no siguen las pautas de sacrificio establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal.

Los delfines tienen una conciencia social avanzada, incluso actúan de manera altruista; esta mentalidad los hace más susceptibles a los traumas generados por la caza. "Existe evidencia científica convincente de que el proceso de persecución y captura es inhumano", concluyen los investigadores.

Una de las más terribles cazas tuvo lugar en Taiji, Japón. Sin embargo, estas crueles prácticas no solo son realizadas en ese país, ya que la caza del delfín del Amazonas ha dejado a esta especie al borde de la extinción. Además, se ha extendido indebidamente el uso clandestino de delfines como cebo para capturar tiburones en América Latina y Asia.

 

 

Adrian Díaz
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, tecnología que suma

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