Las páginas porno que ves te roban más información privada que Facebook (y encima la venden)

Ver pornografía online no resulta ser tan privado como muchos piensan. Esto lo reveló un estudio, publicado en New Media & Society, donde de un grupo de investigadores afirma que los sitios web más populares filtran datos de usuario a terceros.
El análisis se realizó a 22,484 sitios web de pornografía, dando como resultado que el 93% realiza acciones “indebidas” con los datos de los usuarios que los frecuentan, llegando a tal punto que saben con precisión qué hace cada uno en su intimidad. Lo más preocupante es que el seguimiento en estos sitios está altamente concentrado por un puñado de grandes empresas.
Google Chrome
Si creen que el ingresar por navegador de incógnito es una entrada segura a estas páginas, están equivocados, el tráfico de la mayoría sitios porno circula sin encriptar, a esto hay que sumar la cantidad de cookies de terceros presentes en estos sitios, donde el 70% las emplea sin autorización previa del usuario.
Esto deja de ser un problema de uso de información para fines comerciales o publicitarios. Yendo un poco más allá podría traer consecuencias penales si esta información es filtrada a gobiernos donde el consumo de pornografía es penalizada o ilegal.
Se puede exponer información sensible del usuario como género, identidad sexual, interés de búsqueda, etc. lo que, teniendo en cuenta las laxas medidas de seguridad por parte de estos sitios, esta información podría ser usada para cometer una serie de delitos informáticos como la extorsión, o en el peor de los casos violencia sexual
Si bien en varias naciones hay normas de uso de datos, hay que tener en cuenta que este tipo de rastreo se da en páginas de uso diario, como Facebook, estas están bajo supervisión constante, mientras que los sitios de videos para adultos cuentan con un vacío en el control del uso de la información. Las páginas web de pornografía deberían adoptar políticas basadas en un consentimiento afirmativo para, a pesar de estos riesgos latentes, mantener el acceso privado a la pornografía en línea.
Johan Osorio
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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