No era tu impresión: podemos reconocer las emociones de nuestras mascotas en sus maullidos y sus ladridos

Pixabay

Las personas que tienen mascotas pueden reconocer las emociones en los sonidos de perros y gatos, a diferencia de aquellos que no tienen animales. Esto fue descubierto por científicos de EE.UU., Gran Bretaña y Dinamarca, que pidieron a los participantes en su estudio que evaluaran los sonidos producidos por animales, así como por niños pequeños. Los resultados del estudio fueron publicados en Royal Society Open Science.

La vocalización de los animales es muy diferente del lenguaje humano, y por eso puede ser completamente incomprensible. Estrictamente hablando, el reconocimiento de la comunicación animal en general no le importa a las personas, solo le interesada a los biólogos que estudian el comportamiento.

Al mismo tiempo, la capacidad de evaluar los intentos de comunicación de las mascotas por parte de sus dueños puede ser útil: por ejemplo, para comprender que el animal está enfermo, hambriento, agresivo o molesto por algo.

Más empáticos

Dado que los dueños de mascotas están casi todo el tiempo en contacto con ellas, no está claro si la capacidad de reconocer las emociones e intenciones individuales en su vocalización depende de esto. Por eso, los investigadores dirigidos por Christine Parsons de la Universidad de Aarhus decidieron averiguarlo con más detalle.

Los investigadores realizaron un estudio con 264 dueños de mascotas. La mayoría de ellos (184 personas) tenían un perro en casa, y el resto tenía un gato o un perro y un gato. Como grupo de control, otras 297 personas participaron en el experimento: no tenían mascotas. Cada participante completó encuestas estandarizadas para identificar la depresión, el trastorno de ansiedad y qué tan fuertemente pueden estar emocionalmente unidos a los demás.

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Gato confudido
Know Your Meme

Durante el experimento, los participantes incluyeron sonidos hechos por mascotas (gatos y perros), bebés y adultos. Todos los sonidos fueron emocionalmente negativos (de angustia) y tuvieron que ser calificados en una escala de 4 a -4, donde 4 era "muy alegre" y -4 “muy triste”.

Los científicos encontraron que los dueños de mascotas califican los sonidos tristes de los animales de manera más negativa que aquellos que no tienen animales. Los quejidos de los perros resultaron ser los más tristes para los dueños de mascotas (independientemente del tipo de animal que viva en su hogar), los gritos de los bebés fueron evaluados de manera aproximada.

Curiosamente, la evaluación de la emocionalidad de los sonidos escuchados no dependía del estado mental de los participantes y su nivel de apego emocional general a los demás. Los científicos han concluido que la posesión de mascotas aumenta la susceptibilidad a los sonidos que emiten.

Comprender a las mascotas y sus dueños también funciona en la dirección opuesta: los perros, por ejemplo, responden bien a su nombre y, debido a sus habilidades de comunicación, son fáciles de entrenar. Pero, aunque los gatos pueden reconocer a su propio nombre, con frecuencia ignoran al interlocutor.
 

Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.

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