La mítica sonda Voyager 2 ya está en el medio interestelar local y mandó sus valiosa información

NASA / JPL
En noviembre del año pasado, la sonda Voyager 2 se convirtió en el segundo objeto hecho por el hombre en la historia de la humanidad en entrar en el espacio interestelar. Ahora, varios grupos de astrofísicos que trabajan con datos de la sonda han publicado los resultados de su análisis, lo que confirmó este evento y permitió conocer muchas propiedades de la región límite de la heliosfera. Los artículos (1, 2, 3, 4 y 5) fueron publicados en Nature.
El programa Voyager comenzó a fines de la década de 1970, cuando se lanzaron dos sondas a los planetas gigantes del sistema solar, que luego fueron a sus alrededores. A pesar de que el plazo inicial del programa se estimó en cinco años, los dispositivos han estado funcionando durante 42 años.
Los límites del Sistema Solar
Ahora Voyager 2 se encuentra a una distancia de casi 122 unidades astronómicas de la Tierra. La Voyager 1, por su parte, está a una distancia de 147.5 unidades astronómicas, y se considera el objeto artificial más lejano de la Tierra.
El 25 de agosto de 2012, la Voyager 1, ubicado a una distancia de 121.6 unidades astronómicas de la Tierra, cruzó la heliopausa, el cual es el límite de la heliosfera (la región del espacio donde el componente principal del medio es el viento solar y campos magnéticos del Sol), y salió al medio interestelar local frío y relativamente denso (VLISM).
Esto fue confirmado por un cambio en los valores registrados de la intensidad del campo magnético del medio ambiente, y luego por las propiedades del plasma que rodea el aparato. Vale la pena señalar que la región de heliopausa no se conoce bien y responde a cualquier cambio en el flujo del viento solar, por lo que los astrónomos deben recopilar una gran cantidad de datos para confirmar el momento de salida al medio interestelar.
Luego, en diciembre del año pasado apareció un mensaje sobre la llegada de Voyager 2 al medio interestelar, sin embargo, recién ahora hay varios grupos de astrónomos trabajando con los datos obtenidos por los dispositivos científicos aún operativos, como detectores de rayos cósmicos CRS y de partículas de energía LECP (Partículas cargadas de baja energía).
La nueva data
Resultó que la cantidad de partículas de origen solar registradas por los instrumentos comenzó a disminuir gradualmente, a partir del 7 de agosto de 2018, cuando la Voyager 2 estaba a una distancia de 118.2 unidades astronómicas del Sol, y la cantidad de partículas cósmicas galácticas aumentaron en un 20% en las siguientes semanas.
Un brusco salto en la concentración de partículas ocurrió el 5 de noviembre, cuando la nave espacial estaba a 119 unidades astronómicas del Sol, hubo una disminución en el número de partículas con una energía de más de 28 kiloelectrones-voltios y un aumento en el número de rayos cósmicos galácticos con una energía de más de 213 megaelectron-voltios.
NASA / JPL Caltech
El ancho de la región límite de la heliosfera es de aproximadamente 1,5 unidades astronómicas, el plasma en él se ralentiza, se calienta y es dos veces más denso que el plasma del manto heliosférico, mientras que el límite de la heliosfera es similar a un frente esférico y tiene simetría.
Los datos del aparato muestran que la temperatura del plasma interestelar local es de 30 a 50 mil Kelvin, mientras que los modelos predijeron una temperatura de 15 a 30 mil Kelvin, los valores del campo magnético interestelar también resultaron ser más altos de lo esperado.
La Voyager 2 no detectó la presencia de “tubos” magnéticos interestelares, pero encontró una capa límite inmediatamente detrás de la heliopausa, una especie de barrera magnética en la que las partículas de baja energía se movían a lo largo de un campo magnético. Por lo tanto, teniendo en cuenta que ambos dispositivos abandonaron la heliosfera en diferentes partes, los datos obtenidos de ellos permiten comprender que la heliosfera y el medio interestelar local forman un sistema complejo, interconectado y en constante cambio.
Vale la pena señalar que las Voyager aún no han abandonado el sistema solar, cuyo borde está fuera del borde exterior de la Nube de Oort, a una distancia de aproximadamente cien mil unidades astronómicas del Sol.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Sobre N+1: Es la primera revista online de divulgación científica y tecnológica que permite la reproducción total o parcial de sus contenidos por medios de comunicación, bloggers e influencers, realizando la mención del texto y el enlace a la web: “Esta noticia ha sido publicada originalmente en la revista N+1, ciencia que suma: www.nmas1.org”.
Novedades

La inteligencia artificial y el big data en el sector del entretenimiento
Proteja sus datos personales y comerciales a un nivel superior
La piel de oveja: un inusitado aliado anti fraude de los antiguos abogados
Cómo mejorar la seguridad en una página web
Colombia, Ecuador y Perú comparten gran parte de su biodiversidad agrícola y el dilema por el uso de las semillas nativas o transgénicas. Estas últimas están en vilo porque, a pesar de haber pasado por muchos estudios científicos, todavía hay quienes dudan de su seguridad e impacto tanto en la salud como en el medioambiente.
Transgénicos en los Andes
Países andinos Colombia, Ecuador y Perú viven una encrucijada por el uso y la normativa de los cultivos y alimentos genéticamente modificados
Suscríbete
Déjanos tu mail para recibir nuestro boletín de noticias