Argentinos descubren compuestos de la frutilla como alternativa a fertilizantes sintéticos

Photo by Lewis Fagg on Unsplash

 

Un equipo de investigadores del CONICET (Argentina) logró identificar y purificar una serie de compuestos extraídos de la planta de la frutilla con el fin de proponer una alternativa ecoamigable a los fertilizantes y pesticidas sintéticos. Estos, además de estimular el crecimiento de las plantas, promovieron sus respuestas de defensa. Esto permitió controlar enfermedades infecciosas tanto por ese aumento de la protección como por su acción antimicrobiana directa contra fitopatógenos, como hongos y bacterias. Los interesantes resultados, que llegaron a la redacción de N+1, fueron publicados en Scientific Reports.

Alternativas no sintéticas

El excesivo uso de fertilizantes y pesticidas de carácter sintético, con sus perjudiciales efectos sobre el medioambiente y la salud humana y animal, llevó a que en los últimos años muchos países comenzaran a regular de manera estricta la utilización de este tipo de productos, con el fin de promover estrategias de producción agrícola más sustentables.

La necesidad de buscar alternativas, ecológicamente amigables, a los agroquímicos sintéticos condujo a que se empezara a poner expectativas en la posibilidad de desarrollar productos de origen natural que promuevan el crecimiento de los cultivos (biofertilizantes) o los protejan frente a posibles amenazas patógenas anteriores y posteriores al momento de la cosecha (biocotroladores o biopesticidas).

GAGs

Tomando en consideración lo anteriormente mencionado, el equipo de científicos logro identificar una serie de compuestos de la planta de la frutilla que no solo estimulaban el crecimiento de las plantas, sino que potenciaban su inmunidad innata.

Los glucósidos de ácidos grasos son moléculas producidas por plantas, bacterias, levaduras, hongos e invertebrados marinos; estas están compuestas por azucares unidos a ácidos grasos. “Lo que nosotros pudimos identificar y aislar de la planta de la frutilla son glucósidos de ácidos grasos (GAGs) con una estructura bioquímica hasta ahora desconocida, que consiste en tres azucares (dos galactosaminas y una glucosa) unidas a un ácido graso que puede tener entre seis a doce átomos de carbono”, explica Atilio Pedro Castagnaro director del Centro Científico Tecnológico CONICET NOA Sur y uno de los coordinadores del trabajo.

En primer lugar, los investigadores pudieron advertir que los GAGs de frutilla que habían logrado purificar tenían diversas aplicaciones valiosas desde un punto de vista agronómico en una planta modelo como la Arabidopsis thaliana, para después hacer experimentos con cultivos como soja y limones.

Según Castagnaro, por lo general todas las propiedades que se encuentran en los GAGs suelen buscarse por separado en distintos compuestos naturales.

“Lo que nosotros purificamos son nuevos principios activos biológicos para la formulación de bioinsumos, que, además de hacer más resistente a las plantas frente a posibles enfermedades, pueden usarse para eliminar fitopatógenos y también para promover el crecimiento vegetal y, en consecuencia, aumentar el rendimiento de los cultivos”, agrega el investigador. Esto quiere decir que con este ingrediente activo se puede reemplazar a más de un agroquímico sintético.

Limones de Tucuman

Tras los experimentos con plantas modelos, los investigadores pusieron a prueba de forma exitosa la actividad antimicrobiana de los GAGs en enfermedades de poscosecha de limones. Para advertir la importancia de este ensayo, es necesario tener en cuenta que una buena parte de la producción limonera de Tucumán (lugar donde se realizó la investigación) se exporta en forma de frutos frescos a distintos y exigentes mercados, siendo Argentina el mayor exportador mundial.

El problema que atraviesan los limones es que, luego de ser arrancados, son atacados por hongos que llegan a pudrirlos. Esto lleva a que, para ser trasladados a destinos en países lejanos, se apliquen productos sintéticos. “Nosotros comprobamos que la actividad antibiótica de los GAGs –que son compuestos naturales- también disminuye el daño que producen estos fitopatógenos que atacan al fruto después de la cosecha”, explica Castagnaro.

Ensayos con soja

Las otras dos propiedades agronómicas encontradas en los GAGs  -estimulación de las respuestas de defensa y promoción del crecimiento vegetal- fueron puestas a prueba, también de manera exitosa, en sendos ensayos con soja.

“Para estimular las respuestas de defensa de las plantas se necesitan de menores concentraciones de GAGs que cuando se espera que directamente elimine patógenos. En este caso, su acción no es antibiótica sino que funciona como una especie de ‘vacuna’ que brinda a los cultivos mayor resistencia frente a futuras infecciones”, advierte Castagnaro.

En otro experimento, los investigadores pudieron constatar que al aplicar GAGs como biofertilizantes se incrementa el rendimiento en el cultivo de soja. Esto es, en iguales condiciones, las plantas a las que se les aplicó el compuesto mostraron más vainas, mayor cantidad de granos por vaina y por ende, más peso y mayor producción.

“En lo que respecta a la investigación, aun estamos tratando de conocer cuál es el rol que los GAGs cumplen en la planta de frutilla y si este tipo de compuestos están presente también en otros vegetales. Es posible que su función coincida con sus aplicaciones tecnológicas, pero también es probable que sea otra”, concluye el investigador.

 

 

Adrian Díaz

Con información de CONICET. Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma

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