COVID-19: virus ingresó a Italia en diciembre pasado, según estudio de aguas residuales

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Un análisis de aguas residuales mostró que COVID-19 ingresó a Italia ya a mediados de diciembre del año pasado. Según el Instituto Nacional de Salud de Italia (ISS), se detectaron rastros de ARN de coronavirus en muestras recolectadas de aguas residuales fallecidas de Turín y Milán el 18 de diciembre.
Las aguas residuales
Estudios recientes han demostrado que el análisis del lodo de aguas residuales predice un brote de infección por coronavirus COVID-19 unos días antes de que comience. A diferencia de las pruebas tradicionales, este enfoque da suficiente tiempo para prepararse para la incidencia máxima.
Sin embargo, el agua residual no tratada también se puede usar para reconstruir el historial de las olas anteriores de una pandemia, por ejemplo, para comprender cuándo el virus ingresó a una región en particular.
El estudio
Ahora, los especialistas del Instituto Nacional de Salud de Italia, liderados por la experta en calidad del agua Giuseppina La Rosa, utilizaron esta técnica para averiguar cuándo aparecieron los primeros casos de COVID-19 en las grandes ciudades del norte del país.
Según recoge la BBC, los científicos analizaron 40 muestras de aguas residuales recolectadas en las instalaciones de tratamiento en la región desde octubre de 2019 hasta febrero de 2020. No se encontraron rastros de ARN viral en las muestras de octubre y noviembre. Sin embargo, se encontraron en muestras del 18 de diciembre de Milán y Turín. En Bolonia, a juzgar por el análisis de las aguas residuales, los infectados aparecieron el 29 de enero.
Según cifras oficiales, el brote de COVID-19 comenzó en Italia mucho más tarde. El 31 de enero, se detectaron los primeros casos de infección en Roma en dos turistas recién llegados de China. Y no fue hasta el 22 de febrero, que los primeros pacientes con esta enfermedad murieron en el país.
Enigma
Por varias razones, Italia sufrió la pandemia del coronavirus más que la mayoría de los países europeos: en total, alrededor de 35 mil personas se convirtieron en víctimas de la pandemia. Los autores esperan que su trabajo ayude a comprender cuáles fueron las primeras etapas de este destructivo brote. Sin embargo, advierten que los casos de diciembre pueden no tener una conexión directa con la ola posterior de infecciones.
Mientras tanto, desde otros países europeos también hay informes de que COVID-19 puede haber comenzado a extenderse por el mundo antes de lo que se pensaba. Por ejemplo, en mayo, investigadores franceses dijeron que un paciente que ingresó en un hospital de París el 27 de diciembre con sospecha de neumonía en realidad tenía un coronavirus. Y en España, el análisis de las aguas residuales de las instalaciones de tratamiento en Barcelona reveló rastros de ARN viral en muestras de mediados de enero, es decir, 40 días antes del primer caso registrado oficialmente en las estadísticas.
Aunque la COVID-19 se considera una enfermedad del tracto respiratorio superior, también ataca las células del tracto gastrointestinal, causando diarrea y vómitos. Según un estudio reciente, estos síntomas son los más característicos de los niños que se han infectado con el coronavirus. En este caso, el daño pulmonar es menos común en ellos.
Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
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